Baricco viaja al salvaje Oeste, una novela sobre la misoginia, la vida de una doctora rural y otros libros de la semana

“¿Es que ahora soy misógino?”, pregunta mosqueado un hombre a su pareja cuando esta le habla de una conversación con una amiga sobre los defectos de los hombres en general. Pero cuando lo hace ya es demasiado tarde. Tarde para solucionar los problemas de convivencia e, incluso, seguramente, tarde hasta para entender qué ha hecho mal. He ahí la clave del machismo de baja intensidad, pertinaz como las gotas que hacen crecer una estalactita en una cueva, que se encuentra en los pequeños detalles, indetectables para aquellos que no han analizado su comportamiento, Y para describirlo bien, ahí tenemos la estupenda novela de Claire Keegan, titulada Bien tarde en el día. “Claire Keegan no necesita apelar a la sordidez o calificar conductas para ser absolutamente demoledora”, escribe José María Guelbenzu en su reseña de esta obra.

También destacamos esta semana la mastodóntica Los sorias, la novela liberada en 1998 por el argentino Alberto Laiseca, pero que hasta ahora no se había publicado en España. Sus casi 1.400 páginas nos introducen en “un viaje quimérico a un mundo alternativo cuya geopolítica recuerda a la Guerra Fría, solo que en una versión exacerbada y caricaturesca, llena de referencias a países insólitos como Soria, Tecnocracia o una Unión Soviética simultáneamente idéntica y extraña a la real, donde cada sociedad responde a pautas extravagantes”, en palabras de nuestro experto Nadal Suau.

Por su parte, Alessandro Baricco sorprende a sus lectores con un viaje al lejano Oeste. Sí, Abel, es un western con el que el autor italiano consigue “demostrar que es posible hacer literatura desde las ruinas de una modalidad depreciada”, nos explica Leonardo Padura en su análisis de la obra.

Otros libros reseñados esta semana por los críticos de Babelia son Una mujer afortunada. Historia de una médica rural, en el que Polly Morland describe el desmantelamiento del sistema público de salud en los entornos rurales a través de la vida de una dedicada médico de pueblo; y Sin relato, el esclarecedor ensayo de Lola López Mondéjar, que, cuando notó que en su consulta cada vez más personas, sobre todo jóvenes, eran incapaces de desarrollar una historia estructurada —solo enlazaban anécdotas sin un hilo conductor— decidió escribir un libro en el que nos describe la progresiva pérdida de narratividad que sufre el individuo posmoderno por un vaciamiento del mundo interior en la era digital.

Por último, Carlos Zanón nos habla de dos libros que defienden la centralidad de la Biblia en la cultura de Occidente. Se trata de El libro de todos los libros, de Roberto Calasso, y el volumen Historia de la Biblia, John Barton.

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 “¿Es que ahora soy misógino?”, pregunta mosqueado un hombre a su pareja cuando esta le habla de una conversación con una amiga sobre los defectos de los hombres en general. Pero cuando lo hace ya es demasiado tarde. Tarde para solucionar los problemas de convivencia e, incluso, seguramente, tarde hasta para entender qué ha hecho mal. He ahí la clave del machismo de baja intensidad, pertinaz como las gotas que hacen crecer una estalactita en una cueva, que se encuentra en los pequeños detalles, indetectables para aquellos que no han analizado su comportamiento, Y para describirlo bien, ahí tenemos la estupenda novela de Claire Keegan, titulada Bien tarde en el día. “Claire Keegan no necesita apelar a la sordidez o calificar conductas para ser absolutamente demoledora”, escribe José María Guelbenzu en su reseña de esta obra.También destacamos esta semana la mastodóntica Los sorias, la novela liberada en 1998 por el argentino Alberto Laiseca, pero que hasta ahora no se había publicado en España. Sus casi 1.400 páginas nos introducen en “un viaje quimérico a un mundo alternativo cuya geopolítica recuerda a la Guerra Fría, solo que en una versión exacerbada y caricaturesca, llena de referencias a países insólitos como Soria, Tecnocracia o una Unión Soviética simultáneamente idéntica y extraña a la real, donde cada sociedad responde a pautas extravagantes”, en palabras de nuestro experto Nadal Suau.Por su parte, Alessandro Baricco sorprende a sus lectores con un viaje al lejano Oeste. Sí, Abel, es un western con el que el autor italiano consigue “demostrar que es posible hacer literatura desde las ruinas de una modalidad depreciada”, nos explica Leonardo Padura en su análisis de la obra.Otros libros reseñados esta semana por los críticos de Babelia son Una mujer afortunada. Historia de una médica rural, en el que Polly Morland describe el desmantelamiento del sistema público de salud en los entornos rurales a través de la vida de una dedicada médico de pueblo; y Sin relato, el esclarecedor ensayo de Lola López Mondéjar, que, cuando notó que en su consulta cada vez más personas, sobre todo jóvenes, eran incapaces de desarrollar una historia estructurada —solo enlazaban anécdotas sin un hilo conductor— decidió escribir un libro en el que nos describe la progresiva pérdida de narratividad que sufre el individuo posmoderno por un vaciamiento del mundo interior en la era digital.Por último, Carlos Zanón nos habla de dos libros que defienden la centralidad de la Biblia en la cultura de Occidente. Se trata de El libro de todos los libros, de Roberto Calasso, y el volumen Historia de la Biblia, John Barton. Seguir leyendo  

“¿Es que ahora soy misógino?”, pregunta mosqueado un hombre a su pareja cuando esta le habla de una conversación con una amiga sobre los defectos de los hombres en general. Pero cuando lo hace ya es demasiado tarde. Tarde para solucionar los problemas de convivencia e, incluso, seguramente, tarde hasta para entender qué ha hecho mal. He ahí la clave del machismo de baja intensidad, pertinaz como las gotas que hacen crecer una estalactita en una cueva, que se encuentra en los pequeños detalles, indetectables para aquellos que no han analizado su comportamiento, Y para describirlo bien, ahí tenemos la estupenda novela de Claire Keegan, titulada Bien tarde en el día. “Claire Keegan no necesita apelar a la sordidez o calificar conductas para ser absolutamente demoledora”, escribe José María Guelbenzu en su reseña de esta obra.

También destacamos esta semana la mastodóntica Los sorias, la novela liberada en 1998 por el argentino Alberto Laiseca, pero que hasta ahora no se había publicado en España. Sus casi 1.400 páginas nos introducen en “un viaje quimérico a un mundo alternativo cuya geopolítica recuerda a la Guerra Fría, solo que en una versión exacerbada y caricaturesca, llena de referencias a países insólitos como Soria, Tecnocracia o una Unión Soviética simultáneamente idéntica y extraña a la real, donde cada sociedad responde a pautas extravagantes”, en palabras de nuestro experto Nadal Suau.

Por su parte, Alessandro Baricco sorprende a sus lectores con un viaje al lejano Oeste. Sí, Abel, es un western con el que el autor italiano consigue “demostrar que es posible hacer literatura desde las ruinas de una modalidad depreciada”, nos explica Leonardo Padura en su análisis de la obra.

Otros libros reseñados esta semana por los críticos de Babelia son Una mujer afortunada. Historia de una médica rural, en el que Polly Morland describe el desmantelamiento del sistema público de salud en los entornos rurales a través de la vida de una dedicada médico de pueblo; y Sin relato, el esclarecedor ensayo de Lola López Mondéjar, que, cuando notó que en su consulta cada vez más personas, sobre todo jóvenes, eran incapaces de desarrollar una historia estructurada —solo enlazaban anécdotas sin un hilo conductor— decidió escribir un libro en el que nos describe la progresiva pérdida de narratividad que sufre el individuo posmoderno por un vaciamiento del mundo interior en la era digital.

Por último, Carlos Zanón nos habla de dos libros que defienden la centralidad de la Biblia en la cultura de Occidente. Se trata de El libro de todos los libros, de Roberto Calasso, y el volumen Historia de la Biblia, John Barton.

Portada del libro 'Bien tarde en el día' de Ana Campoy, publicado por Eterna Cadencia.
Portada 'Los sorias', de Alberto Laiseca
Se publica por primera vez en España ‘Los sorias’, el derroche literario y viaje quimérico de 1998 de Alberto Laiseca a un mundo alternativo cuya geopolítica recuerda a la Guerra Fría.

Lea aquí la crítica entera de Nadal Suau.

Portada de 'Abel', de Alessandro Baricco
El autor italiano apuesta en su última novela por uno de los subgéneros literarios menos prestigiosos, el western, para demostrar que es posible hacer literatura desde las ruinas de una modalidad depreciada.

Lea aquí la crítica entera de Leonardo Padura.

Portada de 'Sin relato. Atrofia de la capacidad narrativa y crisis de la subjetividad', de Lola López Mondéjar
Lola López Mondéjar alerta en este libro, Premio Anagrama de Ensayo, de la progresiva pérdida de narratividad que sufre el individuo posmoderno por un vaciamiento del mundo interior en la era digital.

Lea aquí la crítica entera de Laura Ferrero.

Portada de 'Una mujer afortunada', de Polly Morland.
La escritora británica describe a través de la vida de una médico de pueblo la austeridad que provoca un desbordamiento de la relación médido-paciente, que los políticos han transformado en empleado-cliente.

Lea aquí la crítica entera de Jorge Dioni.

Portada del libro 'El libro de todos los libros' de Roberto Calasso' publicado por Anagrama.
El escritor italiano cuenta la Biblia con una voz literaria elegante, exquisita, audaz pero nunca petulante ni estrafalaria, dando su espacio a lo irracional, lo histórico, lo posible y todos los quizás probables.

Lea aquí la crítica entera de Carlos Zanón.

Portada del libro 'Historia de la Biblia' de John Barton' publicado por Ático de los libros.
Una lectura del libro sagrado minuciosa, rigurosa, pero al mismo tiempo, casi siempre entretenida y, del mismo modo, tan respetuosa como no dogmática.

Lea aquí la crítica entera de Carlos Zanón.

 

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