El drama de Steve McQueen cuenta la triste odisea de un crío mestizo que su madre intenta que se aleje de Londres en un tren. Es una ciudad arrasada, en la que la gente debe refugiarse cada noche
Existía ancestralmente la bendita costumbre de que las películas se proyectaran inicialmente en su escenario natural. Después, podían hacerlo en las televisiones. O sea, su bautizo se celebraba en esos lugares llamados cines, cuya supervivencia cada vez está más complicada. Nuevos tiempos, nuevas costumbres, nuevos negocios. He visto Blitz en un pase, en una sala. Me cuentan que muchos de los que nos dedicamos a este extraño oficio de escribir y hablar del cine acceden con excesiva frecuencia a ver las películas en los ordenadores mediante un enlace digital. Ese método no me provoca envidia. Y debido a mi lamentable condición tecnológica tampoco dispongo de ordenador. O sea, que seguiré habitando las salas. O recurriendo a las plataformas de las que dispongo, que no son todas. Y no por ahorrar dinero sino por el lío que supone acceder a ellas mediante internet, códigos, esas cositas tan normales y necesarias que me provocan vértigo. Y tampoco hay que abusar todo el rato de la amabilidad de los amigos.
La película más notable de la semana me aseguran que es Blitz. Pero no la busquen en la cartelera comercial. Solo podrán verla si disponen de la plataforma Apple TV+. Y que yo sepa, no la tiene todo el mundo. Pero han dotado con aura de imprescindible a Blitz. Aseguran el imprescindible marketing y también la prensa británica y estadounidense que va a conseguir mogollón de nominaciones a los premios Oscar, que huele a éxito artístico y comercial. Lo que yo veo y escucho en la pantalla no me emociona especialmente. Tampoco me desinteresa ni me aburre. Pero no entiendo el incondicional entusiasmo ante ella.
Sí comprendo la identificación emocional de los londinenses con ella, aunque no deben ser muchos los que padecieron aquel espanto de los continuos bombardeos de los nazis sobre su ciudad y que aun sigan vivos. Pero perdurará siempre en la memoria colectiva. Como guardarán eterna memoria de la salvajada que cometieron con la población civil los supervivientes y sus descendientes en territorios arrasados como Dresde, Hiroshima, Nagasaki o Gaza. Aunque es dudoso o improbable que el cine y las series reproduzcan alguna vez esos infiernos. Normal. Eran los vencidos, aunque hubieran sido malvados.
Blitz cuenta la triste odisea de un crío mestizo cuya madre intenta que se aleje de Londres en un tren. Es una ciudad arrasada, en la que la gente debe resguardarse una noche sí y la siguiente también en los refugios antiaéreos, en el metro, en cualquier lugar que ofrezca un mínimo amparo ante los bombardeos. Pero esa fuga no se concretará y ese crío tan solito deberá enfrentarse a múltiples peligros en esa ciudad sumida en el caos. Dickens escribió con estilo y profundidad inmejorables de niños perdidos en una ciudad muy dura. Y optó por los finales felices. El de aquí también lo acaba siendo. Pero el desarrollo de esa historia tan desgraciada, a diferencia de las de Dickens, no logra meterme en ella. La veo y la siento desde fuera.
La dirige Steve McQueen, señor con un prestigio excesivo. Solo me impresionó y me turbó en Shame, crónica hipnótica y morbosa de un adicto al sexo que termina en la degradación absoluta, en una autodestrucción patética. Ya se que 12 años de esclavitud impresionó a multitudes y fue bendecida con premios. A mí no me apasionó. Había trampas y pasotes. Y la empoderada Viudas me pareció una idiotez. De Blitz me cuesta recordar algo que me haya fascinado
Blitz
Dirección: Steve McQueen.
Intérpretes: Saoirse Ronan, Elliott Heffernan, Harris Dickinson, Benjamin Clémentine, Paul Weller, Kathy Burke.
Género: drama. Reino Unido, 2024.
Plataforma: Apple TV+.
Duración: 120 minutos.
Estreno: 22 de noviembre.
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Existía ancestralmente la bendita costumbre de que las películas se proyectaran inicialmente en su escenario natural. Después, podían hacerlo en las televisiones. O sea, su bautizo se celebraba en esos lugares llamados cines, cuya supervivencia cada vez está más complicada. Nuevos tiempos, nuevas costumbres, nuevos negocios. He visto Blitz en un pase, en una sala. Me cuentan que muchos de los que nos dedicamos a este extraño oficio de escribir y hablar del cine acceden con excesiva frecuencia a ver las películas en los ordenadores mediante un enlace digital. Ese método no me provoca envidia. Y, debido a mi lamentable condición tecnológica, tampoco dispongo de ordenador. O sea, que seguiré habitando las salas. O recurriendo a las plataformas de las que dispongo, que no son todas. Y no por ahorrar dinero, sino por el lío que supone acceder a ellas mediante internet, códigos, esas cositas tan normales y necesarias que me provocan vértigo. Y tampoco hay que abusar todo el rato de la amabilidad de los amigos.
Blitz
Dirección: Steve McQueen.
Intérpretes: Saoirse Ronan, Elliott Heffernan, Harris Dickinson, Benjamin Clémentine, Paul Weller, Kathy Burke.
Género: drama. Reino Unido, 2024.
Plataforma: Apple TV+.
Duración: 120 minutos.
Estreno: 22 de noviembre.