“No es raro encontrarse a un macarra capaz de escribir algo emocionante”: la literatura que surgió del paisaje desolado de Murcia
Son novelas escritas con frases cortas. Están llenas de carreteras polvorientas, cocaína y coches baratos cuya marca y modelo siempre se mencionan. Esa información suele ser relevante para la trama, aporta verosimilitud y forma parte de las descripciones de los personajes, construye su identidad. Toda esa cocaína está en las obras de toda una constelación de autores murcianos entre los treinta y los sesenta años: en los desguaces que recorre el detective de La noche de arena (2024), de Trifón Abad; en las fiestas repetitivas a las que acude el protagonista de Ropasuelta (2024), de Santos Martínez; es la sustancia…